¿Es posible mejorar el sueño de nuestro bebé?

"Es fundamental crear buenos hábitos de sueño desde pequeños: crear un buen ambiente para dormir, establecer las siestas necesarias y tener una rutina regular antes de ir a dormir"

El sueño de su bebé es algo que preocupa a cualquier madre. Excepto en contadísimas ocasiones, las noches con varias interrupciones se acumulan durante meses y terminan pasando factura. Es, quizás, el momento en el que la maternidad más nos pone a prueba. Ser capaces de tener paciencia y acunar, sostener, y transmitir amor a un bebé que ya nos ha necesitado otras dos o tres veces más esa noche no siempre es tarea sencilla.

Por suerte, en los últimos años ha aparecido una nueva figura, la de la asesora de sueño, especializada en acompañar a familias que han decidido buscar ayuda para darle un giro a sus noches. Es el papel de Olga, de BabyREM; de Ángela, de Bye Bye Coco, y de Anna, de Marmotitas. Las tres han aceptado participar en esta entrevista coral en la que nos aportan su luz y su experiencia.

bebé durmiendo

El sueño infantil

¿Crees que los padres somos realistas respecto al sueño de nuestros hijos?

Olga: Unos si y otros no. Hay padres que quieren que sus hijos que duerman del tirón y les dejen descansar, pero hay que entender que un bebe se puede despertar por muchos motivos y que es normal que se despierte hasta los 12-14 meses.

Ángela: Creo que no le damos la suficiente importancia hasta que no comenzamos a sufrirlo. Durante el embarazo leemos mucho sobre el parto, sobre la lactancia, sobre la alimentación del bebé, pero es raro que una familia se prepare a conciencia en relación al sueño de su hijo. Y esa falta de información hace que luego la realidad nos sorprenda como un jarro de agua fría.

Anna: En general, no lo somos. Lo cierto es, que solemos sobreestimar las horas que deben dormir nuestros hijos y cómo deben dormirlas, y lo más posible (a excepción de pocos casos) es que nuestros hijos duerman como tienen que dormir según su edad, aunque no sea como a nosotros nos gustaría.

El sueño es evolutivo. ¿Cómo es, a grandes rasgos, esa evolución?

Olga: El sueño del bebé es completamente distinto al de los adultos y va siguiendo un proceso madurativo. Los bebes menores de 4 meses no tienen un patrón de sueño establecido, sus ciclos de sueño son de 2 fases, sueño “activo” y sueño “tranquilo” (también conocido como sueño REM y no REM) y duran entre 45-50 minutos.

No tiene las etapas distintivas de sueño que tendrá a medida que crezcan y sus cerebros maduren. Como resultado, los recién nacidos pasan la mayor parte de su tiempo en sueño profundo. En la transición de un ciclo a otro o de una fase a otra puede que se despierten con facilidad.

A partir de los 4 meses, sus cerebros comienzan a madurar, sus patrones de sueño comienzan a cambiar y sus ritmos circadianos se ponen en marcha. Su sueño tiende a estructurarse en 3 siesta durante el día y un periodo más largo por la noche. En lugar de tener 2 fases de sueño, pasara a tener 5 (4 no-REM y 1 REM) de 90-120 minutos de duración.

Ángela: Efectivamente, es proceso madurativo y se van alcanzando hitos como en el resto de facetas del bebé. Al principio es un sueño caótico, no existe la rutina ni somos capaces de ver patrones iguales dos días seguidos.

En torno a los 5 meses comenzamos a ver las siestas más o menos ordenadas, somos capaces de predecir a qué hora debe dormir. Y a partir de los 6 ya sí tenemos bien estructurado nuestro día, desde que despierta hasta que se acuesta.

Sin embargo, es imposible saber a qué edad un peque dormirá toda la noche, a veces ocurre a los 8 meses y a veces  a los 3 años. Depende del niño y ambos casos son normales.

Anna: Exactamente, es un proceso evolutivo y madurativo.

Cuando el bebé nace tiene ciclos de sueño cortos, de unos 45-60 minutos, compuestos solo de dos fases: REM (o sueño activo) y sueño tranquilo/profundo. El bebé necesita despertarse frecuentemente para alimentarse y para que su cuidador esté pendiente de él, por ello tampoco va a distinguir el día de la noche (ritmo ultradiano).

A partir de los 4 meses aproximadamente, se da un cambio biológico muy importante, en el que aparecen nuevas fases de sueño, las mismas que tiene un adulto (4 fases NREM y 1 fase REM). Este cambio puede durar hasta los 6 meses más o menos. En este momento también adquiere el ritmo circadiano por lo que ya es capaz de diferenciar el día de la noche. El sueño diurno se organiza en 2/3 siestas y el sueño nocturno se empieza a alargar.

Ahora bien, es muy normal que los bebés de esta edad tengan más despertares hasta que no aprendan a gestionar las nuevas fases y a enlazar una con otra (esta crisis se conoce como “la regresión de los 4 meses”). Sobre los 8 meses suele haber otra regresión a causa de la aparición de la “angustia por separación”, así como de otros cambios de esta edad (salida de los dientes, adquisición de nuevas habilidades, etc.).

 Cuando se acercan a los dos años, el ir a dormir se puede convertir en un suplicio: los niños prefieren hacer cualquier cosa antes que irse a dormir. Aparecen las primeras negativas, las rabietas, los miedos, las pesadillas, etc., varias situaciones que también pueden alterar y dificultar el sueño. Y finalmente, alrededor de los 3 años, todo mejora.

Los menores de cuatro meses no tienen un patrón de sueño establecido

Olga (BabyREM)

¿Qué pasa con los bebés que no duermen las horas que se esperan para su edad? ¿Cuándo hay motivo para alarmarse?

Olga: Depende de las horas que haga y de lo cansando que se muestre durante el día. Lo normal es que duerman entre 10-11h de noche, si por ejemplo duerme 8, sí que hay que alarmarse.

Ángela: Las medias y estadísticas en el sueño infantil son similares al tema de los percentiles y la talla. Si un niño está por encima o por debajo del percentil 50 pero está sano, no hay ningún problema. Pues lo mismo ocurre con el sueño, si el niño duerme más o duerme menos de lo que dicen los promedios para cada edad, pero lo vemos descansado, feliz y no está irritable, entonces está durmiendo lo que él necesita.

Anna: Cada bebé es un mundo, y que no esté durmiendo lo que marcan los rangos establecidos no quiere decir que tenga un problema. Lo importante es observar al bebé, y si él se muestra feliz y contento, no está excesivamente irritable o cansado durante el día, y se despierta de manera espontánea por la mañana, entonces es que duerme lo que él necesita. En caso de que ocurriera lo contrario, es cuando deberíamos consultar con el pediatra, para descartar cualquier patología y con un especialista de sueño infantil para reconducir los hábitos de sueño del pequeño.

¿Qué podemos hacer para acompañar el sueño de nuestro bebé?

Olga: Una buena rutina de sueño y mantener los horarios y ventanas de sueño acordes con su edad.

Ángela: Sobre todo armarnos de paciencia y entenderlo. Saber que es normal, que un bebé duerme a tramos y despierta con frecuencia por puro instinto de supervivencia, necesita comprobar que sus figuras de apego están ahí para atenderlos. Y vivir esta etapa con el optimismo de que pasará y que, tarde o temprano, todo irá mejorando. Pero también es importante conocer que hay opciones más allá de acompañarlo. Hay familias realmente agotadas, en las que la mamá o el papá están sufriendo las consecuencias de la falta de sueño. Para ellos también hay opciones.

Anna: Es fundamental crear buenos hábitos de sueño desde pequeños: crear un buen ambiente para dormir, establecer las siestas necesarias y tener una rutina regular antes de ir a dormir. Estos hábitos se pueden ir aplicando desde los 2 meses aproximadamente.

¿A qué edad es razonable esperar que hagan una noche entera sin tomas nocturnas?

Olga: A partir de los 12 meses. Habrá bebés que obviamente antes, pero por regla general a partir de los 12 meses ya no se despiertan por hambre y están capacitados para dormir toda la noche.

Ángela: No sería prudente responder a esta pregunta dando una cifra, porque cada niño es un mundo y sus circunstancias lo hacen especial y diferente. Unos lo harán antes y otros lo harán después, y ambos casos son normales.

Anna: Eso depende del bebé ya que cada uno va a su propio ritmo. Unos estarán preparados para dejarlas antes y otros más tarde. En todo caso, no debería ser antes de los 6 meses.

Debemos vivir esta etapa con el optimismo de que, tarde o temprano, todo irá mejor

Ángela (Bye bye coco)

Métodos para dormir

¿Qué opinas del método que aboga por dejarles llorar hasta que se vuelvan a dormir?

Olga: No lo comparto. Mi enfoque no implica dejar llorar y cerrar la puerta. Es una alternativa más cariñosa para aquellas familias que no se sienten cómodas dejando llorar a sus hijos. Pero a la pregunta de si se puede garantizar que no lloren, NO, nadie puede hacerlo. Llorar es la forma en que los bebes y niños protestan y se comunican ante los cambios. Aprender nuevos hábitos de sueño es un cambio y algunos bebés siempre lloran con los cambios. Cualquiera que te diga lo contrario no está siendo sincero.

Ángela: No puedo de ninguna forma estar de acuerdo con el método de dejarles llorar. Desde mi punto de vista y mi filosofía, es fundamental crear un clima de confianza y seguridad en torno al sueño del niño. El pequeño debe saber que sus padres están ahí siempre que él lo necesite y, sólo así, podremos hacer los cambios oportunos para mejorar la situación. No hay nada en el mundo que se pueda aprender desde el abandono o la soledad.

Anna: Yo no soy partidaria de estás metodologías, ya que es totalmente posible hacer un cambio de hábitos de forma respetuosa y acompañando al bebé durante todo el proceso. Cuando un bebé llora es porque sufre y tiene una necesidad, y por lo tanto necesita que sus cuidadores le atiendan. Dejarle llorar solo le provocará más estrés, cosa que no es nada recomendable para su desarrollo.  

¿Es posible enseñarles a dormir de forma respetuosa? ¿Cómo?

Olga: Sí. Como he comentado antes, estableciendo horarios, rutinas, y cambiando malos hábitos y retirando apoyos de sueño con acompañamiento.

Ángela: Sin duda. Se trata de hacer un profundo análisis para entender qué puede estar ocurriendo. De nada sirve centrarnos en la hora de ir a dormir si las siestas no funcionan, su horario no es adecuado o juega demasiado poco durante el día. En base a ese análisis se establecen hábitos de sueño saludables y se acompaña al niño para que interiorice esos cambios. Siempre acompañado, siempre creando ese clima de confianza que es tan esencial.

Anna: Antes de todo, quiero puntualizar que todos los bebés nacen sabiendo dormir. Ya dormían en nuestra barriga 😉 Lo que queremos es enseñarles a que se duerman de manera autónoma. Y sí, totalmente, se puede hacer de manera respetuosa. ¿Cómo? Con muchísima paciencia, amor y constancia.

close up photo of sleeping baby

¿Por qué un mismo bebé puede dormir ochos horas seguidas del tirón una noche y otra despertarse cada hora?

Olga: Todo depende de los apoyos de sueño que se ofrecen al bebé. Si se le ofrecen muchas ayudas para dormir, el bebé no esta aprendiendo a conciliar el sueño y puede que se vaya despertando al acabar cada ciclo y no sepa conectar con el siguiente.

Ángela: Porque no son robots y todo afecta de una forma u otra al sueño. Si el día ha sido más intenso, con menos rutinas, o ha estado con los primitos a los que ve poco, habrá cierto impacto en la noche. Generalmente, los niños son bastante sensibles a cualquier cambio que ocurra y eso se traduce en una noche mejor o peor.

Anna: Por un lado, un bebé que duerme varias horas del tirón quiere decir que ha aprendido a dormir sin nuestra ayuda y por lo tanto sabe enlazar un ciclo de sueño con otro, sin casi despertarse. Los ciclos de sueño pueden durar entre 90-120min (más o menos dependiendo de la edad del bebé), por lo que nunca dormirá 8 horas seguidas como tal, sino que tendrá “micro despertares” al final de cada ciclo se sueño, pero los sabrá enlazar.

Ahora bien, los bebés sufren muchísimos cambios, sobre todo a nivel cerebral y físico, que influyen directamente en el sueño, provocando despertares nocturnos. Por ejemplo, los 8 meses suelen ser una edad complicada. Los bebés empiezan a moverse más, a gatear, a ponerse de pie, etc. Todas estas novedades les harán estar más inquietos y nerviosos lo que puede provocar más despertares nocturnos. Las crisis de angustia por separación, la salida de los dientes, etc. también ocurren sobre esta edad y hacen que las noches sean más complicadas.

¿Qué papel juegan las rutinas en el sueño de un bebé? ¿Cuál recomendarías tú?

Olga: Son súper importantes. La más sencilla, es baño, cena, pecho o biberón (que no se duerman en él), cuento y a la cama/cuna. Luego cada familia puede añadir el despedirse de la mascota, del hermano, de los muñecos, cantar canciones, etc.

Ángela: Son fundamentales. El niño necesita saber qué actividad toca en cada momento. Sus comidas, sus siestas, su tiempo de juego y su hora de ir a dormir debería estar perfectamente marcado. Con flexibilidad, claro, si un día debemos saltarla pues la saltamos, pero a modo de excepción.

Anna: Las rutinas en general son primordiales para los bebés ya que les permite saber de antemano lo que ocurrirá, y esto les aporta seguridad. Tener una rutina regular antes de acostarle le permitirá reconocer el momento de ir a dormir predisponiéndose a ello. Éstas deben ser tranquilas y relajantes y se irán adaptando a la edad y necesidades del bebé.

Una rutina de buenas noches podría ser (la que sigo yo con mi bebé de 19 meses): Baño con un poco de masaje al ponerle la crema hidratante (con música tranquila de fondo) + cena (ligera) + lectura/juego tranquilo con luz tenue (no más de 20min) + lavar dientes y poner pijama + vasito de leche + damos las buenas noches + a la cama (mientras le canto una canción de buenas noches). Se queda tranquilito en su cama y se duerme solito.

Tener una rutina regular antes de acostarle le permitirá reconocer el momento de ir a dormir predisponiéndole a ello

Anna (Marmotitas)

El descanso de los padres

Siempre hablamos del sueño de nuestros hijos, pero ¿qué pasa con el nuestro? ¿Tenemos capacidad infinita para aguantar noches llenas de interrupciones?

Olga: El sueño es una necesidad fisiológica y una parte esencial en la vida diaria de todos los bebés, niños y adultos. Afecta al desarrollo físico y mental, a las emociones, aprendizaje y bienestar emocional.

El sueño nos mantiene fuertes, nos ayuda a procesar los eventos del día. Una noche de buen sueño nos prepara para un día de energía, concentración, humor positivo y a estar más activo. Además, es fisiológicamente necesario para regular nuestros biorritmos y garantizar el buen funcionamiento del organismo.

El sueño adecuado es una parte clave de un estilo de vida saludable, y puede beneficiar al corazón, peso y mente.

La falta de sueño produce irritabilidad y mal humor, depresión, cansancio y somnolencia diurna, dolor de cabeza, hipersensibilidad, menos capacidad para concentrarse y retener nueva información, menor capacidad creativa, menos capacidad para manejar el estrés y menos capacidad para defenderse de enfermedades.

Ángela: No, no tenemos capacidad infinita de aguante. Lo hacemos, sí, pero nuestro carácter se ve resentido, tenemos menos energía, peor humor, discusiones de pareja, etc… Y cuando esto ocurre, es momento de valorar opciones y pedir ayuda. ¡La situación puede cambiar!

Anna: Cuando nos convertimos en madres/padres nos transformamos, y somos capaces de adaptarnos a todo y aguantar lo inimaginable, por lo que somos capaces de eso y más; pero sí, la falta de sueño pasa factura. Aprendemos a sobrellevar el día a día pero tenemos la sensación de estar cansados eternamente, estamos más despistados, más olvidadizos, más apáticos, … Por esto es importante establecer buenos hábitos de sueño a nuestros bebés lo antes posible.

¿Darías algún consejo para sobrellevar el cansancio durante el día?

Olga: Comenzar a trabajar rápidamente en unos buenos hábitos de sueño saludables.

Ángela: Somos unas guerreras y cuando  aparecen los primeros rayos de sol nos volvemos a cargar de energía y la mala noche se olvida. Es pura supervivencia. Si la situación nos lo permite, deberíamos aprovechar sus siestas para dormir a la vez que el peque. Hacer la comida, ordenar la casa… son cosas que pueden esperar. Si eso no es posible porque trabajamos fuera de casa, pues mucho ánimo, tenemos una fuerza brutal.

Anna: A nivel psicológico, a mí me ayudó mucho entender el sueño de mi bebé, y el motivo de sus despertares. El hecho de saber que todo lo que le pasaba era algo totalmente normal y que cambiaba según su proceso madurativo me hacía estar más positiva porque sabía que era una etapa finita.

Por otro lado, yo decidí coger una excedencia, para estar más tiempo con mi bebé y para ir más descansada. Al principio, cuando acabó mi baja por maternidad, me reincorporé al trabajo a jornada completa, después cogí una reducción de jornada del 50% y finalmente pedí una excedencia, que he disfrutado hasta hace poco. Te puedo asegurar que es la mejor decisión que he tomado en mi vida. A poco que se pueda hacer (obviamente hay que hacer muchos números) yo lo recomiendo al 100%.

También es muy importante tener ratitos al día para ti, para hacer lo que te apetezca y no olvidarte de cuidarte. Pequeñas cosas como darte una ducha larga con música relajante de fondo, una charla con una amiga, ir a darte un masaje… estos momentos te renuevan. Y, sobre todo, dejarte ayudar y aprender a pedir y aceptar ayuda si la necesitas.


Sobre ellas, Olga, Ángela y Ana, asesoras de sueño infantil

Olga

Mamá, deportista, enamorada de la vida y de sus dos increíbles hijos. Certificada como Coach del sueño infantil por “The International Parenting and Health Institute (IPHI)”, formo parte de la “International Association of Professional Sleep Consultants”.

Soy fundadora de BabyREM y la primera coach del sueño española. He trabajado con más de 900 familias. Guío y acompaño a padres que tienen hijos con problemas de sueño. Con mi programa, desarrollo planes de sueño personalizados desde un punto de vista holístico, basándome en horarios, hábitos, rutinas y métodos muy suaves y respetuosos con el objetivo de que los bebés y niños pequeños aprendan a conciliar el sueño por sí mismos y a dormir sin interrupciones durante toda la noche.

Mi enfoque no implica dejar llorar al bebé solo en su habitación. Es una alternativa más cariñosa para aquellos padres que no se sienten cómodos dejando llorar a sus hijos. Trabaja con familias de todo el territorio español, incluso con familias ubicadas en otras regiones del mundo.

Contacto:

Ángela

Soy asesora certificada de sueño infantil y fundadora de Bye-bye COCO. Con mi segunda hija conocí lo que es no dormir día tras día y, como yo no me resigno ante casi nada, decidí ponerle solución. Fue así como me formé para ayudar a todas las familias que estén pasando por lo mismo y necesiten hacer un cambio.

Para mí es muy gratificante poder ayudarles en el proceso y transmitirles los conocimientos y confianza suficientes para enfocar la situación desde otra perspectiva.

Contacto:

Anna

Mi nombre es Anna y, como a muchas de nosotras nos ha pasado, la maternidad revolucionó mi vida. Durante los últimos años me he formado en diferentes aspectos relacionados con la maternidad y la educación. Actualmente, soy asistente Montessori y especialista de Sueño infantil certificada. Y lo más importante, soy mamá.

Decidí fundar Marmotitas con el objetivo de poder hacer lo que más me gusta: ayudar a la gente y poder aportar mi granito de arena a aquellas familias que lo necesiten, tanto por mi experiencia como por mi formación.

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