El parto de Cristina en el Hospital Donostia

Tuvimos a nuestro bebé el 24 de marzo... después de 10 días confinada por fin salía de casa... ¡para ir al hospital! Los días de confinamiento tuve muchos altibajos, me preocupaba mucho el parto y sobre todo me daba miedo a tener que parir sola ante la incertidumbre del inicio de la pandemia (en algunas CCAA estaba pasando).

Sin embargo, todo lo contrario. Cuando empecé con contracciones lo viví muy emocionada y me sentía feliz. Subimos al hospital y nos atendieron súper bien!

Como era el inicio de pandemia nos dieron una mascarilla a cada uno al llegar, pero fue lo de menos. Como aún no eran obligatorias solo nos la poníamos si entraban las matronas y en el expulsivo mi marido me la quitó porque me ahogaba, así que conocimos a nuestro bebé sin mascarilla. Una vez en planta no era obligatoria.

Nuestra intimidad

Las matronas fueron muy profesionales y respetuosas. Me hicieron sentir muy muy bien. El parto fue fenomenal y como ahora te dan de alta antes, hay menos ingresos y tuvimos la suerte de estar solos en la habitación. Los tres. Sin visitas. Viviendo solos nuestros primeros momentos como familia. Lo agradecimos infinito. Nos sentimos en nuestra intimidad.

La familia conoció al bebé por videollamada. Lo peor fue todo el tiempo que tardó la familia en disfrutar del bebé, pero nosotros tenemos un recuerdo precioso del primer mes confinados en casa. Para mi recuperación postparto estuvo genial, y para conocernos y disfrutarnos nosotros también. Sí que es una pena lo que se perdió la familia, pero nosotros ganamos mucho y disfrutamos del bebé de una manera única.

Después de esta experiencia, de cara a tener en un futuro un segundo hijo, creo que seremos un poco estrictos cortando visitas para priorizar nuestro momento en familia.

Ahora es cierto que se nos está haciendo larga la situación y ansiamos volver a la normalidad, pero creo que en el momento del parto y postparto fuimos unos afortunados (aunque antes de dar a luz no lo veía así).

Cristina