30
abril
¿Fin de mi cuarentena?
Han pasado ya más
de seis semanas desde que nació Gabriel y me sigue costando reconocerme. No
sólo en el espejo, cuyo reflejo me devuelve unas caderas marcadas, unos kilos
de más, unas ojeras oscuras y largas. Y tuve suerte, porque la barriga se quedó
en el paritorio, aunque siento que su flacidez me acompañará toda la vida. Digo que no me
reconozco y no hablo de mi físico, que también (no quiero ni recordar todos los
pantalones que me esperan en el armario y que aún no consigo subir de la
rodilla). Me refiero a que todo ha cambiado tanto que siento que la vida me
pone a prueba una y otra vez.